Amarilis
① ¿Quién fue Amarilis?
Amarilis es el seudónimo de una poetisa peruana, cuyo verdadero nombre todavía es un enigma. Entre los nombres posibles que los estudiosos han dado, resaltan:
ⓐ María Tello de Lara (tesis de Luis Alberto Sánchez) y
ⓑ María Alvarado, según el historiador español Menéndez y Pelayo.
Nota: es importante saber que los dos investigadores coinciden que Amarilis fue una dama de procedencia huanuqueña.
② Epistola a Belardo
Amarilis escribió su notable Epístola a Belardo, la misma que, una vez enviada a España, fue incluida por Lope de Vega en su obra La Filomena (1621); desde entonces es conocida y la crítica la considera toda una joya de la literatura colonial ("laurel de mayor gloria", diría Lope).
La Epístola a Belardo es un extenso poema (consta de 335 versos distribuidos en 19 estrofas o silvas). Los versos trasuntan la rendida admiración de nuestra poetisa por Belardo, que no es sino el famoso poeta y dramaturgo Lope de Vega. Pero el mensaje del poema trasciende la admiración para convertirse en un sincero y apasionado canto de amor.
EPISTOLA A BELARDO
Por: Amarilis
Oí tu voz, Belardo: más
¿qué digo?
no Belardo, Milagro han de llamarte
éste es tu nombre, el cielo te le ha dado
y Amor, que nunca tuvo paz conmigo
te me representó parte por parte,
en ti más que en sus fuerzas confiado,
mostrose en esta empresa más osado,
por ser el artificio
peregrino en la traza y el oficio,
otras puertas del alma quebrantando,
no por los ojos míos, que velando,
están en gran pureza,
mas por oídos, cuya fortaleza
ha sido y es tan fuerte,
que por ellos no entró sombra de muerte,
que tales son palabras desmandadas,
si vírgenes las oyen,
que a Dios han sido y son sacrificadas.
.....
Quiero, pues, comenzar a darte cuenta
de mis padres y patria, y de mi estado
porque sepas quién te ama y quién te escribe,
bien que ya la memoria me atormenta
renovando el dolor, que aunque llorado
está presente y en el alma vive,
no quiera Dios que en presunción estribe
lo que aquí te dijere,
ni que fábula alguna compusiere,
que suelen causas propias engañarnos,
y en referir grandezas halagarnos,
que la filaucia engaña
más que no la verdad nos desengaña,
especialmente cuando
vamos en honras vanas estribando
de éstas pudiera bien decirte muchas,
mas quédense en silencio
pues atento contemplo que me escuchas.
En este imperio oculto que el Sur baña,
más de Baco pisadas que de Alcides,
entre un trópico frío y otro ardiente,
adonde fuerzas ínclitas de España
con varios casos y continuas lides
fama inmortal ganaron a su gente,
donde Neptuno engasta su tridente
en nácar y oro fino,
cuando Pizarro con su flota vino,
fundó ciudades y dejó memorias,
que eternas quedarán en las historias:
a quien un valle ameno,
de tantos bienes y delicias lleno,
que siempre es primavera,
merced del dueño de la cuarta esfera,
la ciudad de León fue edificada,
y con hado dichoso,
quedó de héroes fortísimos poblada.
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fama inmortal ganaron a su gente,
donde Neptuno engasta su tridente
en nácar y oro fino,
cuando Pizarro con su flota vino,
fundó ciudades y dejó memorias,
que eternas quedarán en las historias:
a quien un valle ameno,
de tantos bienes y delicias lleno,
que siempre es primavera,
merced del dueño de la cuarta esfera,
la ciudad de León fue edificada,
y con hado dichoso,
quedó de héroes fortísimos poblada.
...
De padres nobles dos hermanas fuimos
que nos dejaron con temprana muerte.
Aun no desnudos de pueriles paños.
El cielo y una tía que tuvimos,
Suplió la soledad de nuestra suerte
con el amparo suyo algunos años,
huimos siempre de sabrosos daños,
y así nos inclinamos
a virtudes heroicas que heredamos
de la beldad, que el cielo acá reparte,
nos cupo, según dicen, mucha parte
con otras muchas prendas,
no son poco bastantes las haciendas
al continuo sustento,
y estamos juntas, con tan gran contento,
que una alma a entrambas rige y nos gobierna,
sin que haya tuyo y mío,
sino paz amorosa, dulce y tierna.
Ha sido mi Belisa celebrada,
que éste es su nombre, y Amarilis mío,
entrambas de afición favorecidas:
yo he sido a dulces Musas inclinada:
mi hermana, aunque menor, tiene más brío,
y partes por quien es muy merecidas
al fin todas han sido merecidas
con alegre himeneo
de un joven venturoso, que en trofeo
a su fortuna y vencedora palma
alegre la rindió prendas del alma;
yo, siguiendo otro trato,
contenta vivo en limpio celibato
con virginal estado
a Dios con grande afecto consagrado,
y espero en su bondad y en su grandeza
me tendrá de su mano
guardando inmaculada mi pureza.
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